1.- Hazte con algún
libro sobre el estrés: Conocer mejor el estrés es un paso importante para aprender a
manejarlo. El término estrés ha sido excesivamente utilizado para fines
publicitaros y coloquiales, de manera que el concepto que muchas personas
pueden tener del mismo poco tiene que ver con su definición científica.
Recuerda que no podemos enfrentarnos a aquello que desonocemos.
2.- Descubre tus
estresores:
Para hablar de estrés deben existir estresor. Los estresares serían las
situaciones que llegan a estresarnos. Pues bien, a veces no es fácil
detectarlo. Ponte ante una hoja en blanco y intenta identificar los principales
estresores de tu vida diaria.
3.- Practica la
relajación: Te
será fácil hacerte con alguna de las variadas técnicas existentes para aprender
relajación. Dominar la relajación es una excelente estrategia para reducir la
respuesta de tu organismo ante el estrés.
4.- Ejercicio regular: Tu organismo es el que tendrá
que soportar las reacciones estresantes. Si la respuesta de estrés se encuentra
con un organismo saludable y equilibrado lo tendrá más difícil para
perjudicarte.
5.- Cuida de tus
sueños: Un
sueño reparador es fundamental para que nuestro organismo cuente con los
recursos suficientes para enfrentarse a los acontecimientos diarios
6.- Ordena tu vida: Tu mente necesita saber qué se
espera de él en cada momento. Si guardas un orden entre el trabajo y el ocio,
entre el sueño y la vigilia y en cualquier faceta de tu vida, tu mente se
sentirá más relajada.
7.- Potencia la
desconexión:
Son muchas las ocasiones en las que nos encontramos pensando en problemas para
los que estamos seguros de no poder encontrar una solución. Intentar
desconectar de nuestras preocupaciones a través de la distracción activa será
de gran ayuda.
8.- Mantén tus zonas
de estabilidad:
Los “hobbies” y las actividades que se hacen por puro placer son las primeras
que eliminamos cuando andamos agobiados y con muchas preocupaciones. Intenta
conservar esas zonas de estabilidad y no cedas a la primera.
9.- Tu eres tu
principal enemigo: En
la mayoría de ocasiones, las demandas y exigencias que nos hacemos a nosotros
mismos son la principal fuente de estrés: “Quiero que mis hijos vayan a una
escuela privada”, “Necesito un coche para hacer excursiones por la montaña”,
“Si tuviera una casita para pasar los fines de semana se acabarían mis
problemas de estrés”, “Si no consigo
hacer ese master nunca triunfaré a nivel profesional”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario