miércoles, 25 de abril de 2012

EL DUELO

Si has perdido a un ser querido, es posible que estés sintiendo distintas emociones. Es probable que estés triste, preocupado o asustado. Tal vez no estés preparado, estés impresionado o confundido. Puedes sentirte enojado, engañado, aliviado, culpable, exhausto o simplemente vacío. Tus emociones pueden ser más intensas o más profundas que lo habitual, o estar entremezcladas de una manera que nunca habías experimentado.
También habrás notado que tu pérdida está afectando tus pensamientos y tu comportamiento. Si estás afligido, es posible que te cueste concentrarte, dormir, comer o sentir interés por las cosas que solías disfrutar. Quizás intentes actuar como si estuvieras bien (aun cuando no lo estés), porque deseas ser fuerte frente a otra persona. Y es posible que te preguntes si alguna vez superarás la pérdida de alguien que significa tanto para ti.
Todas estas emociones son reacciones naturales frente a la muerte de un ser querido. Son parte del proceso de duelo.
¿Qué es el duelo?
El duelo es la aflicción que siente la gente cuando sufre la pérdida de un ser querido. Existen muchos tipos de pérdidas y no todas se relacionan con la muerte. Una persona también puede hacer duelo tras la ruptura de una relación íntima o después de que uno de los padres se va del hogar.
El duelo es una reacción natural frente a la pérdida de alguien importante. El duelo también es el nombre del proceso de recuperacion que una persona atraviesa después de la muerte de un ser querido. El proceso de duelo lleva tiempo y el alivio suele aparecer en forma gradual.
Si bien todos experimentamos dolor cuando perdemos a una persona, el duelo afecta a las personas de distintas maneras. La manera en que te afecte depende, en parte, de tu situación y de tu relación con la persona que falleció.
Las circunstancias en las que muere una persona pueden influir en los sentimientos del duelo. Por ejemplo, si una persona estuvo enferma mucho tiempo o era muy vieja, es probable que esperaras su muerte. Aunque no necesariamente esto haga que sea más fácil aceptarlo (y el sentimiento de duelo estará presente de todos modos), algunas personas descubren que saber que alguien va a morir les da tiempo para prepararse. Y si un ser querido sufre mucho antes de morir, las personas pueden incluso tener una sensación de alivio cuando llega la muerte. Si la persona que falleció era muy joven, por el contrario, es posible que tengas una sensación de que es terriblemente injusto.
Pero perder a alguien repentinamente puede ser muy traumático, sin importar la edad de la persona. Tal vez alguien a quien conoces murió inesperadamente; como resultado de un acto de violencia o de un accidente de automóvil, por ejemplo. Puede llevar mucho tiempo superar una pérdida repentina, porque quizá sientas que el acontecimiento y los intensos sentimientos que lo acompañan te tomaron desprevenido.
Perder a alguien porque cometió un suicidio puede ser especialmente difícil de enfrentar. La gente que pierde amigos o familiares por un suicidio puede experimentar un profundo sentimiento de desesperación o tristeza, porque se siente incapaz de comprender qué pudo haberlo llevado a tomar una medida tan extrema. Incluso pueden sentir enojo contra esa persona: una emoción totalmente normal. O pueden sentirse culpables y preguntarse si podrían haber hecho algo para evitar el suicidio. En algunos casos, después de una pérdida traumática, una persona puede deprimirse y necesitar ayuda especial para aliviarse.
Si perdiste a un familiar cercano, como un padre, un hermano o una hermana, es posible que sientas que te robaron el tiempo que deseabas pasar con esa persona. También puede ser difícil expresar tu propia aflicción cuando los demás miembros de tu familia también están afligidos. Algunas personas pueden esconder su propia aflicción o evitar hablar de la persona que falleció, porque tienen miedo de entristecer a un padre o a otro miembro de la familia.
El duelo puede hacer que algunas personas se sientan culpables sin motivo alguno. Dependiendo de las circunstancias, algunas personas pueden preguntarse si algo que hicieron (o dejaron de hacer) causó la muerte de esa persona. Otros pueden pensar que si hubieran sido mejores personas, tal vez su ser querido no habría muerto. Estas cosas no son ciertas, por supuesto, pero a veces estos sentimientos y estas ideas son una manera de intentar darle sentido a algo que es difícil de comprender.
Todos estos sentimientos y reacciones son normales. Pero ¿qué puede hacer una persona para superarlos? ¿Cuánto dura el duelo? ¿Alguna vez todo volverá a la normalidad? ¿Y cómo vas a seguir adelante sin la persona que falleció?
Afrontar el duelo
El proceso de duelo es muy personal e individual; cada persona lo atraviesa de manera diferente. Algunas personas buscan el apoyo de otras y encuentran alivio en los buenos recuerdos. Otras tratan de mantenerse ocupadas para alejar su mente de la pérdida. Algunas personas se deprimen y se alejan de sus amigos, o evitan los lugares o situaciones que les recuerdan a la persona fallecida. Así como la gente siente el duelo de muchas maneras diferentes, también lo maneja de manera diferente.
A algunas personas, las puede ayudar hablar con otros de su pérdida. Algunas lo hacen natural y fácilmente con amigos y familiares; otras hablan con un terapeuta profesional. Algunas personas pueden no sentir ganas de hablar mucho del tema, porque les cuesta encontrar palabras para expresar una emoción tan profunda y personal, o se preguntan si hablar les hará sentir más dolor. Esto está bien, siempre y cuando encuentres otras maneras de hacer frente a tu dolor.
Unas pocas personas canalizan su dolor involucrándose en actividades peligrosas y autodestructivas. Hacer cosas como beber, drogarse o cortarse el cuerpo para escapar de la realidad de una pérdida puede aplacar el dolor, pero la sensación es únicamente temporal. La persona no está realmente afrontando el dolor; simplemente lo está enmascarando, lo que hace que esos sentimientos se acumulen en el interior, prolongando el duelo.
Si el dolor parece empeorar, si sientes deseos de lastimarte a ti mismo o tienes pensamientos suicidas, habla con alguien en quien confíes y dile cómo te sientes, o consulta a un profesional.
Qué esperar
Puede parecer imposible recuperarse después de perder a un ser querido. Pero la aflicción mejora gradualmente y se vuelve menos intensa con el tiempo. Tal vez, saber algunas de las cosas que puedes esperar durante el proceso de duelo pueda ayudarte a superar el dolor.
Los primeros días después de la muerte de una persona pueden ser intensos, la gente puede expresar emociones fuertes, tal vez llorar o consolarse mutuamente y reunirse para expresar su apoyo y sus condolencias a quienes se ven más afectados por la pérdida.
La familia y los amigos suelen participar en rituales que pueden ser parte de su religión, su cultura, su comunidad o de sus tradiciones familiares (como servicios religiosos, velorios o funerales). Estas actividades pueden ayudar a la gente a superar los primeros días posteriores a la muerte y a honrar a la persona que murió. La gente puede pasar algún tiempo reunida conversando y compartiendo recuerdos de la persona que falleció. Esto puede extenderse por días o semanas después de la pérdida, cuando los amigos y la familia traen alimentos, envían tarjetas o pasan a visitarte.
Muchas veces, la gente muestra sus emociones en este período. Pero, en ocasiones, una persona puede estar tan sorprendida o superada por la muerte que no demuestra las emociones en forma inmediata, aun cuando la pérdida sea muy terrible. Por ejemplo, los amigos de Joey creían que él iba a estar realmente triste en el funeral de su mamá, y los sorprendió verlo sonreír y hablar con la gente como si no hubiera pasado nada. Cuando le preguntaron a Joey, él dijo que ver a sus amigos en el funeral lo alegró porque le recordó que algunas cosas continuarían siendo iguales. Joey pudo llorar y hablar sobre sus sentimientos cuando estuvo solo con su papá después del funeral.
En algunos casos, cuando terminan los rituales asociados con el duelo, la gente puede sentir que deberían haber "superado" la pérdida porque todo parece haber vuelto a la normalidad. Cuando la gente que está de duelo regresa a sus actividades normales, puede resultarle difícil entregarse de lleno a las tareas de todos los días. Muchas personas vuelven a realizar sus tareas normales después de unos pocos días o de una semana. Pero si bien pueden no hablar tanto de su pérdida, el proceso de duelo continúa.
Es natural continuar teniendo sentimientos y preguntas durante un tiempo después de la muerte de una persona. También es natural comenzar a sentirse un poco mejor. Depende mucho de la manera en que la pérdida afecte tu vida. Está bien estar afligido durante días, semanas, o incluso más tiempo, dependiendo de cuán cercana era la persona fallecida.
No importa cómo elijas pasar tu duelo, no existe una manera correcta de hacerlo. El proceso de duelo es gradual y dura más en algunas personas que en otras. Puede haber momentos en los que pienses que nunca disfrutarás de la vida de la misma manera, pero ésta es una reacción natural después de una pérdida.
Cuidarte a ti mismo
La pérdida de un ser querido puede ser estresante. Cuidarte a ti mismo en cosas pequeñas, pero importantes, puede ayudarte a enfrentarla. Aquí hay algunas cosas que quizá te ayuden:
  • Recuerda que la aflicción es una emoción normal. Debes saber que la aflicción puede desaparecer (y va a desaparecer)
  
  • Participa en los rituales. Los servicios religiosos, los funerales y otras tradiciones ayudan a la gente a superar los primeros días y a honrar a la persona que falleció.
  
  • Reúnete con otros. Incluso las reuniones informales de familiares y amigos brindan una sensación de apoyo y ayudan a la gente a no sentirse tan aislada durante los primeros días y semanas del duelo.
  
  • Cuando puedas, habla de ello. A algunas personas las ayuda contar la historia de su pérdida o hablar de sus sentimientos. En ocasiones, una persona no tiene deseos de hablar. Eso también está bien. Nadie debe sentirse presionado a hablar.
  
  • Exprésate. Aun cuando no sientas deseos de hablar, encuentra maneras de expresar tus emociones y tus pensamientos. Comienza a escribir un diario sobre los recuerdos que tienes de la persona que perdiste y de cómo te sientes desde la pérdida. O escribe una canción, un poema o un tributo a la persona que falleció. Puedes hacerlo de manera privada o compartirlo con otros.
  
  • Haz ejercicio. El ejercicio puede cambiar tu humor. Puede resultar difícil sentirse motivado; por lo tanto, modifica tu rutina normal si es necesario.
  
  • Aliméntate bien. Seguramente tengas deseos de saltear comidas o quizá no tengas hambre, pero tu cuerpo necesita comida nutritiva.
  
  • Expresa y libera tus emociones. Si tienes deseos de llorar, no te reprimas. No te preocupes si escuchar determinadas canciones o realizar algunas actividades resulta doloroso porque te trae recuerdos de la persona que perdiste. Esto es normal. Después de un tiempo, será menos doloroso.
  
  • Crea un memorial o un tributo. Planta un árbol o una planta, o recuerda a la persona con algo saludable, como participar en una maratón o caminata a beneficio (por ejemplo, una carrera por el cáncer de mama) en honor del ser amado.
 
Conseguir ayuda para un duelo intenso
Si tu dolor no disminuye después de un tiempo de la muerte del ser amado, es posible que desees recibir ayuda. Si el duelo se transformó en depresión, es muy importante que se lo digas a alguien. ¿Cómo saber si el duelo está durando demasiado tiempo? Éstas son algunas de las señales:
  • Has estado de duelo durante 4 meses o más y no te sientes mejor.
  • Te sientes deprimido.
  • Tu dolor es tan intenso que sientes que no puedes continuar con tus actividades habituales.
  • Tu dolor está afectando tu capacidad para concentrarte, dormir, comer o socializar como lo hacías normalmente.
  • Sientes que no puedes continuar viviendo después de la pérdida, o piensas en el suicidio, la muerte o en lastimarte a ti mismo.
En cierta medida, es natural que una pérdida haga que las personas piensen en la muerte. Pero si la pérdida ha hecho que pienses en el suicidio o en lastimarte a ti mismo de alguna manera, o si sientes que no puedes continuar viviendo después de tu pérdida, es importante que se lo digas a alguien de inmediato.
La ayuda de un terapeuta profesional puede serte útil, porque te permite hablar de tu pérdida y expresar sentimientos intensos.
 

Fuente: kidshealth.com





lunes, 30 de enero de 2012

EL TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL (TDC)


La mayoría de nosotros pasa mucho tiempo en el espejo viendo nuestra apariencia. Algunas personas pasan más tiempo que otras, sin embargo, cuidar nuestro cuerpo y estar interesados en nuestra apariencia es algo natural.
 
La forma en la que nos sentimos respecto a nuestra apariencia es parte de la imagen que tenemos de nuestro cuerpo y de nosotros mismos. Muchas personas no están satisfechas con sus cuerpos y esto puede ocurrir sobre todo durante los años de la adolescencia, el momento en que nuestro cuerpo atraviesa muchos cambios.
 
Aunque muchas personas no se sienten satisfechas con su apariencia, estas preocupaciones no ocupan constantemente sus pensamientos o no les atormentan. Pero para algunas personas, la preocupación sobre su apariencia puede ser extrema al punto de sentirse obsesionados.
 
Algunas personas enfocan su atención de tal forma en imperfecciones imaginarias o pequeñas en su apariencia que no pueden dejar de obsesionarse por ello. Estar constantemente preocupados y enfadados sobre las imperfecciones del cuerpo o la apariencia es lo que se conoce como el trastorno dismórfico corporal (TDC).
 

¿Qué es el trastorno dismórfico corporal?
 
El trastorno dismórfico corporal es una condición que tiene que ver con las obsesiones y pensamientos preocupantes que surgen de forma repetitiva en la conciencia de una persona. Cuando se padece de TDC, los pensamientos preocupantes son sobre imperfecciones que la persona percibe.
 
Puede ser que las personas que sufren de TDC se fijen en lo que ellas perciben como una imperfección en el rostro, pero también pueden preocuparse sobre otras partes del cuerpo como el tamaño de las piernas corto, la talla de pecho, o la forma del cuerpo. Así como las personas con trastornos de la alimentación se enfocan en su peso, las personas con TDC se obsesionan con un aspecto de su apariencia. Las personas con TDC pueden sentirse preocupadas si su cabello es muy fino, si tienen cicatrices en su cara, ojos de diferente tamaño, nariz muy grande o labios muy finos.
 
Al trastorno TDC también se la ha llamado "fealdad imaginaria" porque los temas sobre la apariencia que obsesionan a la persona suelen ser tan pequeños que las otras personas ni se dan cuenta de ello. Cuando otras personas si los perciben, lo consideran de menor importancia. Pero para una persona con TDC, sus preocupaciones se sienten de forma real, porque sus pensamientos obsesivos distorsionan y amplían cualquier pequeña imperfección.
 
Debido a la imagen distorsionada del cuerpo que ocasiona el trastorno TDC, una persona puede creer que es demasiado fea o desfigurada para que otros la vean.
 
Además de las obsesiones, el trastorno TDC también incluye comportamientos compulsivos y evitar ciertas actividades.
 
Un comportamiento compulsivo es algo que una persona hace para tratar de aliviar la tensión que generan los pensamientos obsesivos. Por ejemplo, una persona con pensamientos obsesivos de que su nariz es horrible, puede verse en el espejo, ponerse maquillaje o preguntarle a otra persona varias veces al día si su nariz se ve horrible. Este tipo de comportamientos, el chequear, arreglar y preguntar de este modo son compulsiones.
 
Una persona que padece de una obsesión generalmente siente una necesidad irresistible de ser compulsivo(a) ya que esto puede proporcionarle alivio a la preocupación de la obsesión. Para una persona que sufre de obsesiones, el comportamiento compulsivo puede ser la única forma de escapar a los sentimientos negativos que ocasionan los malos pensamientos. Las acciones compulsivas se repiten varias veces al día, ocupando gran parte del tiempo y energía de la persona.

Evitar actividades también es parte del trastorno TDC. Una persona puede quedarse en su casa para evitar ser vista por otras personas. Los comportamientos que evitan hacer ciertas actividades incluyen no participar en clase, no socializar, o evitar los espejos.
 
En el trastorno TDC, un patrón de pensamientos obsesivos y evitar actividades forma parte de la persona que lo padece. A pesar de que el constante chequeo, arreglo, preguntar y evitar hacer ciertas cosas tranquiliza de cierta forma a la persona ante sus pensamientos terribles, este alivio es solamente temporal. En realidad, cuanto una persona más ceda a su comportamiento compulsivo o evite ciertas actividades, más fuerte será el patrón de obsesiones, compulsiones o de evitar actividades.
 
Después de cierto tiempo, harán falta más compulsiones para aliviar la angustia que ocasionan los pensamientos malos. Una persona con TDC no quiere preocuparse con esos pensamientos y comportamientos, pero al padecer de TDC puede parecer imposible romper este patrón.
 

¿Qué ocasiona TDC?
 
Aunque la causa de TDC aun no está clara, los expertos creen que está relacionada con problemas con la serotonina, uno de los neurotransmisores químicos del cerebro. La regulación insuficiente de serotonina también juega un papel en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y en otros trastornos provocados por la ansiedad, así como en la depresión.

Algunas personas parecen estar más predispuestas a tener problemas con el balance de la serotonina, incluyendo quienes tienen familiares con problemas de depresión o ansiedad. Esto puede explicar por qué algunas personas desarrollan TDC mientras que otras no.
 
Los mensajes culturales también juegan un rol en el TDC reafirmando las preocupaciones de una persona sobre su apariencia. Los mensajes críticos o las bromas pesadas sobre la apariencia a una persona que está creciendo pueden contribuir a la sensibilidad frente al TDC. Pero mientras los mensajes culturales, la crítica y las bromas pesadas sobre la apariencia de alguien pueden dañar la percepción de la imagen de una persona, este tipo de cosas individualmente no resultan en TDC.
 
Es difícil saber exactamente cuán común es el trastorno TDC porque no hay muchas personas que sufran este trastorno que quieran hablar de ello o buscar ayuda. Pero comparado a las personas que simplemente se sienten insatisfechas con su apariencia, pocas personas tienen el verdadero trastorno TDC. Este trastorno generalmente comienza en los años de la adolescencia, y si no es tratado a tiempo, puede continuar en la edad adulta.
 

¿Cómo puede afectar la vida de una persona el trastorno TDC?

 Algunas veces las personas con TDC se sienten avergonzadas y guardan sus preocupaciones en secreto. Pueden pensar que otros los consideran vanidosos o superficiales.

Algunas veces las personas se molestan con las obsesiones y las compulsiones de otros respecto a su apariencia. Pero estas personas no entienden lo que es el TDC o lo que atraviesa la persona que lo padece. Como resultado, la persona que padece esta condición puede que se sienta que nadie la entiende, juzgada de forma injusta o sola. Debido a que estas personas evitan el contacto con otras personas, puede ser que tengan pocos amigos o actividades para disfrutar.

 Es extremamente preocupante estar atormentado por pensamientos sobre imperfecciones en la apariencia. Estos pensamientos entran en la conciencia de la persona a lo largo del día y son difíciles de ignorar. Las personas con síntomas leves o moderados de TDC generalmente pasan mucho tiempo arreglándose en la mañana. Durante el día, puede que examinen su apariencia frecuentemente en el espejo o en las ventanas. Además, pueden buscar que otras personas en su entorno les reafirmen que todo está bien con su apariencia.
 
Aunque las personas con un ligero caso de TDC generalmente continúan yendo a la escuela, las obsesiones pueden interferir en sus actividades diarias. Por ejemplo, alguien puede mirar o examinar la parte "imperfecta" del cuerpo de forma repetida o gastar altas sumas de dinero y tiempo en maquillaje para cubrir el problema. Otras personas con TDC se esconden de otras y evitan ir a ciertos lugares porque tienen miedo de que otras personas las vean. Pasar demasiado tiempo y energía pensando en preocupaciones sobre la apariencia le roba a la persona placer, felicidad y oportunidades para que pueda divertirse o socializar.

Las personas que tienen síntomas severos puede que dejen de ir a la escuela, renuncien a sus trabajos o se rehúsen a dejar sus casas. Muchas personas con TDC también sufren de depresión. Las personas con los casos más severos de TDC incluso pueden considerar el suicidio.
 
Muchas personas con TDC buscan la ayuda de un dermatólogo o cirujano cosmético para tratar de corregir la apariencia de sus imperfecciones. Pero los tratamientos dermatológicos o la cirugía plástica no cambian el TDC. Las personas con TDC que consiguen un cirujano dispuesto a corregir sus imperfecciones generalmente no quedan satisfechas con los resultados. Puede que sepan que aunque su apariencia ha cambiado, la forma obsesiva de pensar sigue presente y comenzarán a enfocarse en alguna otra imperfección.
 

Buscando ayuda para el TDC

 Si tú o alguien que conoces sufre de TDC, el primer paso es reconocer lo que puede estar causando el problema. Muchas veces, las personas con TDC están tan enfocadas en su apariencia que creen que la solución está en corregir su apariencia en lugar de su pensamiento.
 
El verdadero problema con el TDC está en las obsesiones y en las compulsiones que distorsionan la imagen del cuerpo en las personas, haciendo que se sientan feas(os). Debido a que las personas con TDC creen que lo que perciben es real y correcto, algunas veces la parte mas difícil para recuperarse de este trastorno es estar abierto(a) a otras ideas que pueden ayudar.
 
El TDC puede tratarse con un especialista en salud mental con experiencia. Generalmente, el tratamiento incluye un tipo de terapia llamada la terapia cognitivo-conductual (cognitive-behavioral therapy, el modelo empleado por los profesionales del Instituto de Psicología). Este enfoque ayuda a corregir el patrón que está causando la distorsión de la imagen del cuerpo y la preocupación excesiva.
 
En la terapia cognitivo conductual, un especialista ayuda a la persona a examinar y a cambiar pensamientos incorrectos, a resistir comportamientos compulsivos y a afrontar situaciones preocupantes que desencadenan preocupaciones sobre la apariencia.

El tratamiento para el TDC lleva tiempo, trabajo y paciencia. También ayuda si se tiene el apoyo de una persona o una pareja. Si una persona que padece de TDC también sufre de depresión, ansiedad, sentimientos de estar aislado(a), solo(a), u otros temas en la vida, la terapia también puede tratar esos temas.
 
El trastorno dismórfico corporal, como otras obsesiones, puede interferir en la vida de una persona, restándole placer y desgastando su energía. Un psicólogo con experiencia y conocimientos sobre TDC puede en ayudar a superar este trastorno en la persona para que pueda disfrutar de la vida a plenitud.



Fuente: kidshealth.org