viernes, 14 de octubre de 2011

LA DEPRESIÓN ESTACIONAL

Ha llegado el invierno y con él la falta de luz… y a nuestro centro comienzan a acudir personas con síntomas como irritabilidad, decaimiento, cansancio físico, ansiedad, somnolencia, o tendencia a retraerse socialmente, entre otros. Hablamos de la llamada popularmente depresión estacional.


La depresión estacional (también conocida como Trastorno Afectivo Estacional, o SAD en inglés y diagnosticada realmente como Episodio depresivo con Patrón estacional) son episodios depresivos, en general de corta duración, que suelen depender de la época del año, siendo los más frecuentes los asociados con el inicio de la época invernal.


En un estudio realizado en Estados Unidos se demostró que la depresión estacional era más frecuente en las zonas de mayor latitud. Y es que las investigaciones apuntan a que dos sustancias químicas fundamentales del cerebro, la melatonina y la serotonina, podrían estar en la base del TAE.


La melatonina está relacionada con el sueño y nuestro cuerpo produce esta hormona en mayor cantidad cuando hay oscuridad o cuando los días son más cortos.

Con la serotonina, sucede lo opuesto: la producción de serotonina aumenta cuando una persona está expuesta a la luz solar, de modo que es probable que los niveles de serotonina sean más bajos durante el invierno, cuando los días son más cortos. Y es que los niveles bajos de serotonina están asociados con depresión.


Por tanto, los días más cortos y las horas de oscuridad más largas en el otoño y el invierno pueden causar un aumento en los niveles de melatonina y una disminución en los niveles de serotonina, que podrían crear condiciones biológicas para la depresión.


Cómo afrontar el TAE


Si bien los casos más severos deben consultarse a un especialista, si la depresión estacional está apenas comenzando o si queremos prevenirla, podemos seguir unas sencillas pautas:


· Practicar deporte o ejercicio de forma regular. Un simple paseo puede ser un buen sustituto. De esta forma se consigue realizar ejercicio (excelente para el estado de ánimo) y estar expuesto más a la luz.


· Realizar actividades agradables. No espere a que se las propongan los demás. Hágalo incluso si no le apetece demasiado, ya tendrá tiempo de volver a casa si se aburre.


· En casa, trate de leer, estudiar, y en general realizar la mayoría de actividades cerca de la luz natural.


· Emplee bombillas que ofrezcan una luz generosa.


· Busque el contacto y apoyo de sus amistades, pareja o familia. El apoyo social es fundamental en cualquier trastorno del estado de ánimo.

En caso de que el TAE no remita en unas semanas, sí es aconsejable consultar un especialista para evitar que se cronifique, puesto que podrían estar interviniendo otras casusas además de las orgánicas, como dificultades de adaptación a la dinámica laboral, o ajustes en los horarios laborales mutuos de pareja, entre otras.


Para terminar, un último consejo: disfrute del invierno.